lunes, 17 de mayo de 2010

Un vagabundo, masoquista

Un vagabundo, masoquista de la vida,
Que vende el alma, por la melancolía,
No puede estar, más vivir así le place,
Y sin darse cuenta, se le escapa, vivir.

Un masoquista, bromista de lo bueno,
Un vagabundo, que no puede respirar,
Le falta el aire, lejos del amar,
Y aún no cree, en su felicidad.

Un vagabundo, masoquista del amor,
Un masoquista, sonriéndole a la luna,
Con dolor, siente a veces, su rencor,
Pero sigue, aún si le han dado dolor.

Un masoquista, envenenado de la risa,
Finge ser, cuando no puede saber,
Porque su vida se ha enredado, sin razón,
Y no puede, seguir sin el perdón.

Siendo vagabundo, siendo conformista,
Siendo sordo, siendo viudo del ayer,
Siendo masoquista, siendo un simple bromista,
Siendo ciego, sin tan siquiera saber.

Donde los sueños se tornan una realidad,
Y vuelve a caer, cuando siente que va a escapar,
Siendo vagabundo, pues no quiere salir a la verdad,
Siendo masoquista, pues no quiere dejarse sanar.


Javier Soto.

28 de diciembre 2009

1 comentario:

Unknown dijo...

Todos somos masoquistas, talvez xq hay que aprender a vivir con dolor...